Tenemos
ricas promesas en la Palabra de Dios, si sólo creemos y confiamos en
él. Estamos en peligro de confiar en nuestros pobres esfuerzos humanos,
sin poner nuestra confianza en Dios. Todos los que tengan algo que hacer
en esta gran preparación de la obra de Dios para estos últimos días,
deberían acercarse al Señor. Cuando Dios envía a sus obreros para que
cumplan un cometido especial, ha
prometido que será uno con ellos si están dispuestos a ser uno con él.
Pero si se apartan de Dios, y tratan de hacer la obra mediante sus
propias fuerzas, enfrentarán dificultades y desánimo a cada paso. Aquí
tenemos la promesa de que al trabajar para el Señor él estará a nuestra
diestra para ayudarnos y trabajar con nosotros...
Sería la mayor
insensatez del mundo si alguno se acreditara el éxito que podemos tener.
Mientras más humildemente caminemos con Dios, más se manifestará él
para ayudarnos. El Señor nunca quiso enviar a sus siervos a fin de que
trabajaran para él frente a la oposición de Satanás y los ángeles impíos
sin proporcionarles ayuda divina. La razón por la cual no tenemos más
éxito en la obra consiste en que dependemos de nuestros propios
esfuerzos en lugar de confiar en la ayuda que Dios nos quiere dar.
Tenemos el privilegio de sentir nuestra debilidad, nuestra indignidad, y
entonces solicitar la ayuda que Dios ha provisto para nosotros. Podemos
recurrir a la Palabra en medio de nuestra angustia, y mientras sentimos
el peso de las almas sobre nosotros, podemos decir: “¡Aquí, Señor: Tú
lo has prometido y yo creo en tu Palabra!”
Debemos aprender a
acudir a nuestro Padre Celestial tal como un niño lo hace con sus padres
terrenales. Nos dice: “¿Qué hombre hay de vosotros, que si su hijo le
pide pan, le dará una piedra? ¿O si le pide un pescado, le dará una
serpiente? Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a
vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará
buenas cosas a los que le pidan? Mateo 7:9-11...
Aunque cada obrero
de Dios debe cultivar sus facultades al máximo posible, no debe poner
su confianza en ellas. Hagan de ustedes mismos todo lo que sea posible
hacer, pero confíen el resto al Señor. De Autor Momentos de Oracion.
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