Esta declaración dirigida a Pedro tiene validez para cada cristiano:
“Satanás os ha pedido para zarandearos como a trigo; pero yo he rogado
por ti, que tu fe no falte”. Lucas 22:31, 32. Gracias a Dios porque no
se nos ha dejado solos. Esta es nuestra seguridad. Satanás nunca podrá
causar daño eterno al que Cristo haya preparado para la tentación
mediante su intercesión, porque en Cristo hay gracia para cada alma, y
se ha provisto en él un camino de escape, de manera que nadie necesita caer bajo el poder del enemigo...
Satanás está preparando poderosas y variadas tentaciones para asaltar
al pueblo de Dios. Se lo representa como a un león rugiente que busca a
alguna alma desprevenida que atrapar con sus sutilezas y para destruirla
finalmente. Sin Cristo no podemos dar un solo paso con seguridad. Pero
cuánto consuelo podemos encontrar en estas palabras: “He orado por ti,
que tu fe no falte”. Satanás no zarandea la paja; quiere tener el trigo
en sus manos. Cobremos ánimo y oremos en todo momento.
Cristo
ofrece nuestras oraciones ante el Padre, mezcladas con el mérito de su
sacrificio, y ascienden a Dios como suave incienso... Siempre que seáis
tentados a pecar, recordad que Cristo os contempla y que Satanás desea
haceros caer para zarandearos como a trigo. Enviad vuestras peticiones
al cielo y ved a Jesús intercediendo por vosotros. Clamad a Dios:
“Señor, sálvanos, que perecemos”, y no seréis vencidos; no caeréis en el
pecado. Poneos firmemente en la posición revelada por las palabras de
Pablo, y con la fortaleza de Jesús decid: “Por lo cual estoy seguro de
que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades,
ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna
otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo
Jesús Señor nuestro”. Romanos 8:38, 39. De Autor Momentos de Oracion.
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