Día por día todos somos probados, corregidos y educados para ser útiles
en esta vida. Pensad en esto: sólo un día por vez. Un día es mío. Haré
en este día lo mejor que pueda. Usaré mi talento del habla para ser una
bendición para algún otro; un ayudador, un consolador, un ejemplo que el
Señor, mi Salvador, apruebe. Me ejercitaré en paciencia, bondad,
clemencia; que las virtudes cristianas puedan desarrollarse en mí hoy...
Si sois correctos con Dios hoy día, estaréis
preparados en caso de que Cristo venga hoy ... Deseamos que tengáis un
profundo y ferviente anhelo de la justicia de Jesucristo ... Ello os
dará una herencia entre los santificados ... Eso es mucho más importante
que todas las ganancias mundanales; eso es mucho mejor que todas
vuestras haciendas; eso es mucho mejor que todo el honor que los seres
finitos puedan conferiros...
¿Os estáis preparando diariamente para
que podáis uniros con la familia del Cielo? ¿Sois pendencieros aquí?
¿Estáis criticando a los vuestros aquí? Si así ha sido, encontraréis
faltas en ellos en el cielo. Vuestro carácter está siendo probado y
examinado en esta vida.—Manuscrito 36, 1891. – {ELC 229.5}
El Señor
requiere de nosotros que cumplamos los deberes de hoy y soportemos sus
pruebas. Hemos de velar hoy para no ofender ni en palabra ni en hechos.
Debemos alabar y honrar a Dios hoy. Por el ejercicio de una fe viva hoy,
hemos de vencer al enemigo ... Debemos velar, obrar y orar como si éste
fuera el último día que se nos concede. ¡Qué intenso fervor habría
entonces en nuestra vida! ¡Cuán estrechamente seguiríamos a Jesús en
todas nuestras palabras y acciones! De Autor Momentos de Oracion.
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