domingo, 29 de mayo de 2016

LA ORACIÓN POR LOS ENFERMOS

La Escritura dice que “es necesario orar siempre, y no desmayar” (Lucas 18:1); y si hay momento alguno en que los hombres sientan necesidad de orar, es cuando la fuerza decae y la vida parece escapárseles. Muchas veces los sanos olvidan los favores maravillosos que reciben pródigamente, día tras día, año tras año, y no tributan alabanzas a Dios por sus beneficios. Pero cuando sobreviene la enfermedad, entonces se acuerdan de Dios. Cuando falta la fuerza humana, el hombre siente necesidad de la ayuda divina. Y nunca se aparta nuestro Dios misericordioso del alma que con sinceridad le pide auxilio. El es nuestro refugio en la enfermedad y en la salud...

“Como el padre se compadece de los hijos,
se compadece Jehová de los que le temen.
Porque él conoce nuestra condición;
acuérdase que somos polvo.” Salmos 103:13, 14.
“A causa del camino de su rebelión
y a causa de sus maldades,” los hombres “fueron afligidos.
Su alma abominó toda vianda,
y llegaron hasta las puertas de la muerte.”
“Mas clamaron a Jehová en su angustia,
y salvólos de sus aflicciones.
Envió su palabra, y curólos,
y librólos de su ruina.” Salmos 107:17-20.
Dios está tan dispuesto hoy a sanar a los enfermos como cuando el Espíritu Santo pronunció aquellas palabras por medio del salmista. Cristo es el mismo médico compasivo que cuando desempeñaba su ministerio terrenal. En él hay bálsamo curativo para toda enfermedad, poder restaurador para toda dolencia. Sus discípulos de hoy deben rogar por los enfermos con tanto empeño como los discípulos de antaño. Y se realizarán curaciones, pues “la oración de fe salvará al enfermo.” Tenemos el poder del Espíritu Santo y la tranquila seguridad de la fe para aferrarnos a las promesas de Dios. La promesa del Señor: “Sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán” (Marcos 16:18), es tan digna de crédito hoy como en tiempos de los apóstoles, pues denota el privilegio de los hijos de Dios, y nuestra fe debe apoyarse en todo lo que ella envuelve. Los siervos de Cristo son canales de su virtud, y por medio de ellos quiere ejercitar su poder sanador. Tarea nuestra es llevar a Dios en brazos de la fe a los enfermos y dolientes. Debemos enseñarles a creer en el gran Médico. De Autor Momentos de Oracion.




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