“Aprended de mí—dijo el divino Maestro—, que soy manso y humilde de
corazón”. ... Debemos aprender la abnegación, debemos aprender a tener
ánimo, paciencia, fortaleza y amor perdonador. ... Si tenemos fe en
Jesús como nuestro ayudador, y los ojos de nuestra fe están
constantemente dirigidos hacia él, nos haremos semejantes a Jesús en
carácter. El morará en nuestros corazones, y nosotros moraremos en
Cristo. Cuando nuestras vidas están vestidas con la justicia
de Cristo, se ocultan con él en Dios. El será nuestro consejero. Si le
pedimos con fe, él iluminará nuestro entendimiento. ... Las lecciones
que Cristo nos ha dado deben ser practicadas.
Cuando Cristo sea
mantenido constantemente como el modelo delante del ojo de la mente, se
formarán nuevos hábitos, se subyugarán y vencerán poderosas tendencias
hereditarias y cultivadas. La estima propia será arrojada al polvo, los
antiguos hábitos de pensamiento serán resistidos constantemente, el amor
por la supremacía será visto tal como es, en su carácter despreciable, y
será vencido...
Cristo debe ser mezclado con todos nuestros
pensamientos, nuestros sentimientos y nuestros afectos. Debe
manifestarse en los menores detalles de nuestro servicio diario, en la
obra que él nos ha dado para hacer. Cuando, en lugar de confiar en la
comprensión humana, o conformarnos a las máximas del mundo, nos sentemos
a los pies de Jesús, bebiendo ansiosamente sus palabras, aprendiendo de
él, y diciendo: “Señor, ¿qué quieres que haga?”, nuestra independencia
natural, nuestra confianza propia, nuestra obcecada fuerza de voluntad,
serán cambiadas por un espíritu infantil, sumiso y educable. ...
Reconoceremos la autoridad que tiene Cristo para dirigirnos, y su
derecho a nuestra obediencia sin reparos.
Tendremos un concepto tan
exaltado de Jesucristo, que el yo quedará aniquilado. Nuestros afectos
se centrarán en Jesús, nuestros pensamientos serán poderosamente
arrastrados hacia el cielo. Cristo crecerá, yo decreceré. ...
Cultivaremos las virtudes que moran en Jesús, para que podamos reflejar
ante los demás una representación de su carácter. De Autor Momentos de Oracion.
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