Debemos pelear cada día y cada hora la buena batalla de la fe.
Encontraréis muchas pruebas, pero si las soportáis pacientemente, os
refinarán y purificarán, ennoblecerán y elevarán espiritualmente...
Están por sobrevenir dificultades muy grandes al mundo, y los
instrumentos de Satanás están agitando intensamente los poderes
infernales para que produzcan sufrimiento, desastre y ruina. Su obra
consiste en acarrear toda la desdicha posible sobre los seres
humanos. La tierra es el escenario de su acción, pero es mantenido bajo
control. No puede ir más lejos de lo que el Señor le permite.
¡Oh,
cuán bondadoso es nuestro Señor! “No te desampararé, ni te dejaré”.
Hebreos 13:5. “He aquí que en las palmas de las manos te tengo
esculpida”. Isaías 49:16. “No os dejaré huérfanos”. Juan 14:18. El que
pide, recibirá el Espíritu Santo. Pensemos que Dios está más dispuesto a
darnos el Espíritu Santo, que los padres a conceder buenas dádivas a
sus hijos. Entonces, alegrémonos y gocémonos. No miremos el trabajo
infernal de los poderes de las tinieblas hasta que fallen la esperanza y
el ánimo Jesús vive, y debemos dejar que nuestra fe penetre la
oscuridad...
repose en la luz y se regocije en la luz del Sol de
Justicia. Jesús vive para interceder por nosotros. Mientras las
tinieblas se cierran sobre el mundo, nuestra vida está segura únicamente
cuando se oculta con Cristo en Dios. ¡Precioso Salvador! Solamente en
él deben concentrarse nuestras esperanzas de vida eterna. Entonces
hablaremos de la fe, de la esperanza, del valor, y difundiremos luz por
todas partes. Cristo dijo: “Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad
asentada sobre un monte no se puede esconder. Así alumbre vuestra luz...
para que... glorifique a vuestro Padre”. Mateo 5:14-16. De Autor Momentos de Oracion.
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