Nuestro Padre celestial no aflige ni entristece voluntariamente a los
hijos de los hombres. Tiene sus propósitos en el torbellino y la
tormenta, en el fuego y el diluvio. El Señor permite que las calamidades
sobrevengan a su pueblo para salvarlo de peligros mayores. Desea que
todos examinen su corazón atenta y cuidadosamente, y que se acerquen a
Dios a fin de que El pueda acercarse a ellos. Nuestras vidas están en
las manos de Dios. El ve los riesgos que nos amenazan
como nosotros no podemos verlos. Es el Dador de todas nuestras
bendiciones; el Proveedor de todas nuestras misericordias; el Ordenador
de todas nuestras experiencias. Percibe peligros que nosotros no podemos
ver. Permite que sobrevenga a su pueblo alguna prueba que llene los
corazones de sus hijos de tristeza, porque ve que necesitan enderezar su
camino, no sea que el cojo se aparte del sendero. Conoce nuestra
hechura y se acuerda que somos polvo. Aun los mismos cabellos de nuestra
cabeza están contados. Obra a través de las causas naturales para
hacernos recordar que El no nos ha olvidado, sino que desea que
abandonemos el camino que, si se nos permitiera seguir en forma
desenfrenada y sin reprobación, nos conduciría a un gran peligro...
A
todos nos sobrevendrán pruebas a fin de conducimos a investigar
nuestros corazones, a fin de ver si están purificados de todo aquello
que contamina. Constantemente el Señor está obrando para nuestro bien
presente y eterno. Ocurren cosas que parecen inexplicables, pero si
confiamos en el Señor y esperamos pacientemente en El, humillando
nuestros corazones delante de El, no permitirá que el enemigo triunfe.
El Señor salvará a su pueblo en la forma que El considere mejor, usando
medios e instrumentos que hagan que la gloria redunde para El.
Solamente a El pertenece la alabanza...
Toda alma que está en el
camino de la salvación debe ser partícipe con Cristo en sus
sufrimientos, a fin de que pueda ser participante con El de su gloria.
Cuán pocos comprenden por qué Dios los somete a pruebas. Es mediante la
prueba de nuestra fe como obtenemos fortaleza espiritual. El Señor trata
de educar a su pueblo para que dependa enteramente de El. Desea que,
mediante las lecciones que les enseña, lleguen a ser más y más
espirituales. Si no se obedece su Palabra con toda humildad y
mansedumbre, les enviará experiencias que, si son correctamente
recibidas, les ayudarán a prepararse para la obra que debe ser hecha en
su nombre. Dios desea revelar su poder en una manera notable a través de
las vidas de los componentes de su pueblo. De Autor Momentos de Oracion.
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