viernes, 22 de julio de 2016

ME BUSCARÉIS Y ME HALLARÉIS

Debemos dar a Dios todo el corazón, o no se realizará el cambio que se ha de efectuar en nosotros, por el cual hemos de ser transformados conforme a la semejanza divina. Por naturaleza estamos enemistados con Dios. El Espíritu Santo describe nuestra condición en palabras como éstas: “Muertos en las transgresiones y los pecados,” Efesios 2:1. “la cabeza toda está ya enferma, el corazón todo desfallecido,” “no queda ya en él cosa sana.” Isaías 1:5, 6. Nos sujetan firmemente los lazos de Satanás, “por el cual” hemos “sido apresados, para hacer su voluntad.” 2 Timoteo 2:26. Dios quiere sanarnos y libertarnos. Pero como esto exige una transformación completa y la renovación de toda nuestra naturaleza, debemos entregarnos a El completamente. De Autor Momentos de Oracion.


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