domingo, 3 de julio de 2016

CARTA PARA MÍ HIJA

Me siento agradecida a Dios porque amas la verdad y porque amas a Jesús; y anhelo que continúes tu camino hacia adelante y hacia arriba a fin de que puedas alcanzar la norma del carácter cristiano que se revela en la Palabra de Dios. Que la Palabra de Dios sea tu libro guía a fin de que en todo puedas ser modelada en conducta y carácter de acuerdo a sus requerimientos.
Eres propiedad del Señor tanto por creación como por redención. Puedes ser una luz en tu hogar, y ejercer continuamente una influencia salvadora viviendo la verdad Cuando la verdad está en el corazón, su influencia salvadora es percibida por todos los que viven en la casa. Sobre ti descansa una responsabilidad sagrada, que requiere que mantengas tu alma pura consagrándote enteramente al Señor.
Tus amigos que se muestran totalmente contrarios a las cosas espirituales, no son refinados, ennoblecidos y elevados por la práctica de la verdad No están bajo la conducción de Cristo, sino bajo el estandarte negro del príncipe de las tinieblas. Asociarse con los que ni temen ni aman a Dios—a menos que tu asociación con ellos responda al propósito de ganarlos para Jesús—será en detrimento de tu espiritualidad Si no puedes elevarlos, la influencia de ellos te afectará corrompiendo y contaminando tu fe. Es correcto que los trates amablemente, pero no lo es que los ames y que busques su compañía, porque si escoges la atmósfera que rodea sus almas, abandonarás el compañerismo con Jesús...


Por la luz que al Señor le ha complacido darme, quiero advertirte que estás en peligro de ser engañada por el enemigo. Estás en peligro de elegir tu propio camino, de no seguir el consejo de Dios ni de caminar en obediencia a la voluntad de él.
El Señor ha dado reglas para la orientación de cada alma de tal manera que nadie necesite errar el camino. Estas direcciones representan todo para nosotros, porque forman la norma a la cual cada hijo e hija de Adán debiera conformarse.
Estás entrando en la etapa en que te estás transformando en mujer, y si buscas la gracia de Cristo, si sigues el sendero en el cual Jesús señala el camino llegarás más y más a ser una verdadera mujer. Crecerás en gracia, llegarás a ser más sabia por experiencia, y al avanzar de una luz a otra luz mayor llegarás a sentirte más feliz. Recuerda que tu vida pertenece a Jesús, y que no debes vivir para agradarte a ti misma. De Autor Momentos de Oracion.


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