martes, 28 de junio de 2016

LA VICTORIA SOBRE NOSOTROS MISMOS

La conducta de David para con Saúl encierra una lección. Por mandato de Dios Saúl fué ungido rey de Israel. Por causa de su desobediencia, el Señor declaró que el reino le sería quitado; y no obstante, ¡cuán cariñosa, cortés y prudente fué la conducta de David para con él! Al procurar quitarle la vida a David, Saúl se trasladó al desierto, y, sin saberlo, penetró en la misma cueva en que David y sus guerreros estaban escondidos. “Entonces los de David le dijeron: He aquí el día de que te ha dicho Jehová: ... Entrego tu enemigo en tus manos, y harás con él como te pareciere. ... Y dijo a los suyos: Jehová me guarde de hacer tal cosa contra mi señor, el ungido de Jehová, que yo extienda mi mano contra él; porque es el ungido de Jehová.” 1 Samuel 24:5, 7. El Salvador nos dice: “No juzguéis, para que no seáis juzgados...
Porque con el juicio con que juzgáis, seréis juzgados; y con la medida con que medís, os volverán a medir.” Mateo 7:1, 2. Acordaos de que pronto el curso de vuestra vida será revisado ante Dios. Recordad también que él dijo: “Eres inexcusable, oh hombre, cualquiera que juzgas, ... porque lo mismo haces, tú que juzgas.” Romanos 2:1.
No nos conviene dejarnos llevar del enojo con motivo de algún agravio real o supuesto que se nos haya hecho. El enemigo a quien más hemos de temer es el yo. Ninguna forma de vicio es tan funesta para el carácter como la pasión humana no refrenada por el Espíritu Santo. Ninguna victoria que podamos ganar es tan preciosa como la victoria sobre nosotros mismos. De Autor Momentos de Oracion.




No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Sientase con la libertad de dar su opinión y tambien el de hacer preguntas, estoy a su servicio. Gracias.