Muchos están en el territorio encantado del enemigo. Cosas superfluas
como fiestas fatuas, cantos, bromas y chistes ocupan sus mentes, de modo
que sirven a Dios con corazón dividido. Cuando hacen estas cosas un ser
invisible se encuentra entre ustedes. Satanás está presente con
regocijo infernal. No se presta atención a esta declaración de Cristo:
“Ninguno puede servir a dos señores”. Mateo 6:24.
Después de la ascensión de Cristo, el Espíritu Santo no descendió
inmediatamente. Pasaron diez días antes que el Espíritu Santo fuera
derramado. Los discípulos dedicaron ese tiempo a prepararse con mucho
fervor a fin de recibir tan precioso don. Los ricos tesoros del cielo
fueron derramados sobre ellos después de escudriñar diligentemente sus
corazones y sacrificar todo ídolo. Estaban ante Dios para humillar sus
almas, fortalecer su fe y confesar sus pecados. Sus corazones latían al
unísono. “Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban unánimes juntos. Y
de repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que
soplaba, el cual llenó toda la casa donde estaban sentados”. Hechos 2:1,
2. La iglesia necesita una experiencia similar aquí mismo, en el gran
corazón de la obra. ¿Estamos examinando nuestros corazones y
preparándonos para recibir la gracia celestial? El Señor está esperando
para poder derramarla...
Dios se revelará a su pueblo, pero todos
debemos estar empeñados en la obra de buscarlo... La tarea que se debe
llevar a cabo en este tiempo es de lo más importante. Esta es una
cuestión de vida o muerte...
¿Se le permitirá al enemigo,
precisamente en este tiempo solemne, que cree tal ambiente de diversión y
placer, que absorba las mentes y las llene de cosas vanas y
pensamientos frívolos que no tienen nada que ver con Dios, ni con la
eternidad ni con el cielo?. De Autor Momentos de Oracion.
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