Jesús recibió sabiduría y poder durante su vida terrenal en las horas de
oración solitaria. Sigan los jóvenes su ejemplo y busquen a la hora del
amanecer y del crepúsculo un momento de quietud para tener comunión con
su Padre celestial. Y durante el día eleven su corazón a Dios. A cada
paso que damos en nuestro camino, nos dice: “Porque yo Jehová soy tu
Dios, quien te sostiene de tu mano derecha... no temas, yo te ayudo”.
Isaías 41:13. Si nuestros hijos pudieran
aprender estas lecciones en el alba de su vida, ¡qué frescura y poder,
qué gozo y dulzura se manifestaría en su existencia!
De Cristo se
dice: “Estando en agonía oraba más intensamente”. ¡Qué contraste
presentan con esta intercesión de la Majestad celestial las débiles y
tibias oraciones que se ofrecen a Dios! Muchos se conforman con el
servicio de los labiosj, y pocos tienen un anhelo sincero, ferviente y
afectuoso por Dios
Si Jesús, estando en la tierra, tenía que orar, cuánto más nosotros
Cuando Jesús estuvo sobre la tierra, enseñó a sus discípulos a orar.
Les enseñó a presentar a Dios sus necesidades diarias y a echar toda su
solicitud sobre él. Y la seguridad que les dio de que sus oraciones
serían oídas, nos es dada también a nosotros..
.
Jesús mismo, cuando
habitó entre los hombres, oraba frecuentemente. Nuestro Salvador se
identificó con nuestras necesidades y flaquezas, convirtiéndose en un
suplicante que imploraba de su Padre nueva provisión de fuerza, para
avanzar fortalecido para el deber y la prueba. Él es nuestro ejemplo en
todas las cosas. Es un hermano en nuestras debilidades, “tentado en todo
así como nosotros”, pero como ser inmaculado, rehuyó el mal; sufrió las
luchas y torturas de alma de un mundo de pecado. Como humano, la
oración fue para él una necesidad y un privilegio. Encontraba consuelo y
gozo en estar en comunión con su Padre. Y si el Salvador de los
hombres, el Hijo de Dios, sintió la necesidad de orar, ¡cuánto más
nosotros, débiles mortales, manchados por el pecado, no debemos sentir
la necesidad de orar con fervor y constancia! De Autor Momentos de Oracion.
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