domingo, 13 de marzo de 2016

EL DOLOR VIENE Y SE VA

El dolor viene y se va; ésa es la suerte del hombre; deberíamos no tratar de agrandarlo, sino más bien detenernos en lo que es brillante y placentero. Cuando el invierno extiende su cobertura de hielo sobre la tierra, no permitimos que nuestra alegría se hiele con las flores y los arroyos, ni nos lamentamos continuamente a causa de los días tristes y los vientos fríos. Por el contrario, penetramos hacia adelante con la imaginación en el próximo verano, con su calor y vida y belleza...
Ahora mismo una nube ha ocultado de nuestra vista los brillantes rayos del sol y quedamos en la sombra. ¿Deberíamos irritarnos y quejarnos por eso y olvidar todo lo otro que es brillante y hermoso a nuestro alrededor? No, deberíamos olvidar la nube y recordar que el sol no ha sido raído, sino que ha velado su rostro solamente por un momento...


Dios no se complace en que tengamos que pasar nuestras vidas en el desaliento y la melancolía, magnificando cada prueba que nos llega. Al hacerlo, no solamente nos afligimos, sino que ensombrecemos la felicidad de aquellos que nos rodean. No deberíamos escudriñar las oscuras sombras de la experiencia de nuestra vida ni detenernos en ellas, sino más bien abrir los ojos y levantar los sentidos para ver y apreciar las muchas bendiciones que nos circundan ...
Es la voluntad de Dios que seamos alegres... Aquellos que se relacionan con nosotros son afectados para bien o para mal por nuestras palabras y acciones. Estamos inconscientemente difundiendo la fragancia de nuestro carácter en la atmósfera moral que nos circunda, o estamos envenenando esa atmósfera con pensamientos, palabras y hechos que tienen una influencia negativa sobre aquellos con quienes nos asociamos. De Autor Momentos de Oracion.




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